De Yahoo! y Microsoft o sobre quien es el bueno y quien es el malo
Quienes somos usuarios de internet desde principios de los 90 tenemos un cariño especial por Yahoo! Esta empresa nos cautivó a muchos cuando el directorio organizado por Jerry Yang y David Filo era la única forma de darse una vuelta por aquella minúscula web de entonces. Muy poco después llegó Altavista intentando dar una primera aproximación (bastante buena para la época) al problema de la búsqueda en la web. Nunca he entendido por qué habitualmente, incluso en prensa presuntamente especializada, se describe a Yahoo! como un buscador, cuando nunca se ha distinguido por ese servicio. De hecho, posiblemente el error estratégico más grave en su breve pero intensa historia fue precisamente no dar importancia al problema de la búsqueda. Si lo hubiese hecho la historia de la web y de internet habría sido muy diferente y ningún usuario de a pie habría llegado a saber de Google.
En mi caso se da la circunstancia de que no soy usuario de ninguno de los servicios de Yahoo!, ni siquiera de Flickr. Tengo cuenta Del.icio.us pero no he llegado a utilizarla nunca. Para alguien que es lo que se dice un heavy user de casi todo en Internet desde hace bastante más de una década es un dato curioso. A pesar de que hace muchos años que Yahoo! no presta ningún servicio que a mí me interese lo más mínimo tengo una simpatía irracional por esta empresa cuyos avatares la última semana han hecho correr ríos tinta y sobre todo llenado Kbytes de información en blogs y medios online.
En esta escasa semana desde el anuncio de la OPA hostil de Microsoft sobre Yahoo! se ha dicho y escrito ya de todo. Sin embargo, si hay un común denominador en todo lo que he leido es en presentar la historia como el bueno, paladín de la internet abierta y libre, agredido por el malo malísimo de la tecnología. Y la verdad, yo no lo veo tan claro.
Y es que si consideramos la apertura como uno de los principios básicos que mueven la innovación en Internet, Yahoo! no se ha distinguido nunca por ser un actor protagonista en esa película. En realidad, siempre ha ido por detrás de empresas como Google intentando jugar a la apertura, pero aparentemente sin comprender demasiado bien cómo hacerlo. Si pensamos en alguno de sus principales servicios, Yahoo! Messenger es una red cerrada como la de Microsoft Windows Live Messenger. De hecho, mi experiencia es que Yahoo! ni se molesta en contestar a los correos que recibe, pero esa es otra historia que ya contaré otro día. Desde hace años, seguramente desde el estallido de la burbuja, yo veo Yahoo! más cercana a las viejas empresas de la industria del entretenimiento que a las compañías dinámicas, innovadoras y abiertas que pueblan internet. De hecho, hasta hace bien poco ha estado dirigida por un viejo tiburón de la industria del entretenimiento.
Supongo que en el fondo la mayor parte de los análisis que he leido esta semana están tintados por simpatías irracionales como la mía. En definitiva, que yo no veo tanto choque cultural en una posible integración, ni un freno para la innovación en Internet, ni tan siquiera un bueno y un malo tan claros. Pero seguro que el que está equivocado soy yo.